«Los procesos mentales se dividen en dos tipos: los automáticos y los procesos controlados, que exigen un control continuo sobre ellos. Justamente son éstos los que consumen energía», explica el especialista.
«Esto ocurre porque la parte del cerebro responsable de la toma de decisiones son los lóbulos frontales. Son las estructuras más complejas que tenemos en el cerebro y consumen muchos recursos», añade.
«Algo que tendría que ser tan banal, como ver una serie o como poder disfrutar de una comida, se vuelve algo serio en tu en tu vida y que va a influir en tu estado emocional«, explica la psicóloga Timanfaya Hernández, codirectora del gabinete Globaltya Psicólogos.