Lo cierto es que estas situaciones son muy normales y, por eso, un grupo de investigadores decidió realizar un estudio para ver si la reducción del estrés, creado por algunos factores de nuestra vida diaria, podría conducir a una reducción en la ingesta de grasa y comida rápida en madres de niños pequeños con sobrepeso y bajos ingresos.
Y así fue. De hecho, los hallazgos del estudio muestran que las mujeres comieron menos comida rápida después de vivir situaciones menos estresantes, no porque se les dijo que no comiesen, sino, precisamente, por la reducción de sus niveles de estrés.