El estilo de vida actual nos ha llevado a eliminar actividades físicas que hacían habitualmente nuestros abuelos, como trabajar en el campo. Para colmo, las hemos reemplazado por actividades sedentarias como ver la tele en el sofá. Esto ha generado una problemática. Aproximadamente 62 millones de personas en las Américas (422 millones de personas en todo el mundo) tienen diabetes, la mayoría vive en países de ingresos bajos y medianos, y 244 084 muertes (1.5 millones en todo el mundo) se atribuyen directamente a la diabetes cada año. Tanto el número de casos como la prevalencia de diabetes han aumentado constantemente durante las últimas décadas. Perfiles de países – Carga enfermedad de diabetes 2o23
Este aumento alarmante nos obliga a repensar nuestros estilos de vida ya explorar soluciones enormes que mejoren nuestro bienestar. Una de estas soluciones, que está al alcance de todos, es tan simple como eficaz: ¡hacer ejercicio físico!
Se considera el ejercicio como medicina, ya que es capaz de mejorar un amplio espectro de enfermedades entre las que se encuentran la diabetes, las enfermedades cardiovasculares o el cáncer . Sin embargo, no todas las personas tienen la misma energía a lo largo del día. Algunos de nosotros experimentamos un pico de energía por la mañana, lo que nos hace sentir más dispuestos a ejercitarnos en ese momento en las primeras horas del día. Otros, en cambio, prefieren aprovechar la tarde o la noche para darlo todo en sus rutinas de ejercicio.