Cualquier usuario de WhatsApp que pertenezca a un grupo ha podido ser espiado e incluso ciberatacado durante las últimas semanas. La última brecha de seguridad fue detectada el 10 de enero y, aunque ya ha sido solucionada, ha podido ser la causante de suplantaciones. Los enlaces de al menos 4.000 chats grupales han aparecido en el buscador Google al alcance de cualquiera. Gracias a eso, los ciberdelincuentes se han podido unir a grupos privados sin ser descubiertos.
No se sabe cuánto tiempo llevaban los enlaces en Google, pero sí que han sido al menos varios días, en los que los ciberdelincuentes podrían haber aprovechado para colarse en infinidad de grupos y, como consecuencia, llevar a cabo ciberataques de phishing a través del envío de direcciones web (URL).